El Perú es uno de los países que más ha crecido en los últimos 15 años, aunque se ha ido desacelerando debido al impacto de la crisis económica externa. El crecimiento no se ha visto reflejado en el desarrollo del país, en promedio el país ha crecido un 6%, acompañado de una baja inflación (aprox. 2.9%). Somos un país atractivo para las inversiones, pero estas fueron principalmente en el sector de materias primas, en especial en minería. Por ello, debido a la crisis internacional del 2008, que provocó una menor demanda de minerales, nuestras exportaciones tendieron a la baja, reduciendo nuestro nivel de crecimiento.

Sin embargo, según el informe del FMI, “Prospectivas económicas”; el Perú sería el tercer país en crecer más, y la pregunta es ¿Se ve reflejado en la confianza interna? La repuesta es no, ya que no se ha visto un desarrollo palpable, que apoye a este crecimiento. Asimismo, no hubo una fuerte inversión en educación, a pesar que en el último gobierno se ha promovido un programa de becas; nuestra infraestructura, aún no es suficiente para cubrir lo necesario, nuestro sistema de salud es deficiente, y ni qué decir de la seguridad. A pesar de que la pobreza se haya reducido de un 15.8% a un 4.3% del 2005 al 2014, debido en parte a los programas sociales que se han implementado, estos esfuerzos no están acompañados de políticas óptimas de recuperación de inversión tanto en estos programas, así como en el sistema de becas otorgadas. Debemos decir que, el tener un crecimiento económico alto, no siempre es en sí mismo condición suficiente y necesaria para el camino hacia el desarrollo, se debe buscar estrategias, políticas económicas, que acompañen a un crecimiento sostenido que brinde sobretodo bienestar a la población.

*Alumna del IV ciclo (2015-II). Escuela de Administración. Facultad de Ciencias Administrativas.

Universidad Nacional Mayor de San Marcos.